viernes, 23 de mayo de 2014

Capitulos 2º y 3º

CAP 2 .-
Tom: ¿Te has cortado el pelo?
Tu: Desde la última vez que me has visto no. ¿Por qué? ¿Está mal?
Tom: No. Está bien.

En los veintiseis años que llevaba mirando a _____, la había visto con trenzas, permanentes afro, rapados punkies y hasta mechas rojas. Le gustaba cómo lo llevaba ahora, hasta la barbilla y recto para que le salieran sus ondas naturales.

Tu: ¿Es que tengo una mancha en la camisa o algo así?
Tom: No -se ladeó el sombrero con la punta del dedo-. Juraría que hay algo diferente en ti. ¿Llevas algún maquillaje raro?
Tu: ¿Para montar a caballo? No soy tan estúpida.

Tom contempló su suave piel donde se le notaban todas las pecas y sus labios, que tenían el mismo color rosado de siempre. No, no llevaba maquillaje.
Pero al mirarla a los ojos negros, intentó descifrar qué era lo que le pasaba. Nunca se habían ocultado nada hasta el momento. Pero esa mañana, fuera por lo que fuera, _____ tenía un secreto. Le cambiaba toda la expresión haciéndola parecer misteriosa, casi sensual. Y eso que él nunca había pensado en _____ como en una mujer sensual.
A pesar de sí mismo, estaba intrigado. Y hasta un poco excitado. Tom no asociaba a _____ con el misterio, eso era un concepto nuevo. Decidió esperar y adivinar el secreto en aquellos grandes ojos negros. Sería divertido…
Le dio un pellizco en la nariz y dio un paso atrás.

Tom: Supongo que me estaré imaginando las cosas. Eres la misma _____ de siempre. ¿Lista para montar?

Para sorpresa suya, ella se sonrojó. Y _____ nunca se había sonrojado delante de él. Se conocían demasiado bien.

Tu: Hum, seguro -murmuró ella dirigiéndose hacia Peppermint sin mirarlo-. Estamos desperdiciando el día.

Mientras Tom intentaba averiguar qué había dicho para hacerla sonrojarse, ella montó con facilidad y él hubiera jurado que se estremecía. Aquél iba a ser el paseo a caballo más interesante que había realizado con _____.

Quizá pedirle ayuda a Tom no fuera a resultar tan sencillo, pensó _____ mientras se dirigía al camino que daba al río. Allí estaba ella sonrojada por un comentario inocuo como montar. Quizá hubiera leído demasiados libros de aquellos y ahora le parecía que todo tenía alguna connotación sexual. Desde luego, no podía ir a Nueva York sin resolver aquel asunto.
Esquivando alguna ocasional rama baja, _____ iba a un cuerpo por delante de él. Tom sabía que algo pasaba. Ella nunca había podido guardarle ningún secreto, así que le contaría su plan en cuanto llegaran al banco arenoso del río que había sido siempre su rincón favorito. De niños lo habían usado para imitar las batallas de la Guerra de las Galaxias y, cuando crecieron, solían ir allí a beber refrescos y hablar de lo que les estuviera pasando en la vida en aquel momento.
_____ nunca había enseñado aquel escondite a nadie más, ni tampoco Tom, por lo que ella sabía. Antes de que ninguno de los dos supiera nada del sexo, ya habían discutido allí si los hombres y las mujeres harían los bebés igual que los caballos, cabras y perros.
Más adelante, Tom había puesto fin a sus conversaciones sobre el asunto y ahora _____ quería abrir de nuevo la discusión, pero no estaba segura de tener valor suficiente.

Tom: Bueno, ¿cuál es tu proyecto para este verano? -preguntó tras ella-. Siempre tienes uno.

Pero _____ no quería hablar mientras estuvieran montados a caballo.

Tu: Todavía me lo estoy pensando.
Tom: ¿De verdad? Pues normalmente ya lo tienes planeado hacia abril. Nunca me olvidaré del año que estabas fascinada con Australia y no dejabas de lanzar el aparato ese infernal mientras yo asaba gambas en la barbacoa.
Tu: ¿Y cómo iba yo a saber que encabritaría a los caballos?

Tom lanzó una carcajada.

Tom: Eso hubiera encabritado hasta a un muerto. ¿Sigues jugando o ya has tenido compasión de tus vecinos?
Tu: Ya no juego.

_____ apenas tenía que guiar a Peppermint después de las veces que había hecho aquel recorrido. Se podía oler el río cerca ya y la yegua aceleró el paso. Como siempre, _____ deseaba ver aquella primera imagen de la playa en miniatura rodeada casi por completo por altos farallones.

CAP 3 .-

La yegua llegó al banco y empezó a bajar hacia la arena. Frente a ellos, el río discurría plácidamente y, aparte de unos cuantos patos flotando, la orilla estaba desierta.
No había peligro de que nadie los oyera y _____ confiaba en que Tom la escuchara sin reírse. No podía confiar en nadie mejor que en él. Y sin embargo, por mucho que se lo repitiera, seguía sintiendo aquel extraño cosquilleo en el estómago.

Tom dio de beber a su caballo y lo ató bajo el sicómoro en que _____ había atado a Peppermint antes de ir a sentarse al lado de ella a la sombra.
Agarró una piedra como siempre y la lanzó al agua.

Tom: ¿Sabes algo ya de esa maestra de tu nueva escuela?
Tu: Sí -_____ agarró un puñado de hierba seca y lo estrujó entre los dedos-. Me mandó un e-mail y me invita a quedarme con ella hasta que encuentre mi propio apartamento.

Tom miró a _____. Se había preguntado si le habría sugerido aquel paseo por estar preocupada por algo.
Quizá aquel traslado la asustara. _____ había alquilado una casita desde que había conseguido su primer trabajo de consejera en el colegio de secundaria de Copperville, pero vivir en un pequeño pueblo minero de Arizona con tus padres a menos de tres kilómetros era muy diferente a vivir sola en una urbe como Nueva York.

Tom: ¿Y no te podría alquilar una habitación en su casa?

_____ sacudió la cabeza.

Tu: No tiene sitio. Tendré que dormir en el sofá hasta que encuentre un apartamento. Además, quiero tener mi propia casa. Después de crecer en una casa llena de hermanos, he descubierto que me encanta la intimidad de vivir sola.

Tom: Crees que estás viviendo sola. Tu familia se pasa por tu casa cada poco.
Tu: Ya lo sé -suspiró-. Los quiero, pero estoy deseando estar menos cerca para variar.

Tom podía entenderla. Ésa era una de las razones por las que él había sacado su licencia de piloto privado y buscaba cualquier excusa para pilotar su avioneta Cessna sólo por el placer de estar solo.

Tom: Puede que te sientas sola.
Tu: Probablemente, pero después de vivir en una pecera, la soledad no me suena tan mal.
Tom: Ya - arrojó otra piedra al agua-. Te escucho.

Aspiró la mezcla familiar de olores: la humedad del río, la dulzura de la hierba, la ligera colonia floral que hacía años que _____ usaba. Maldita sea, iba a echarla de menos. Había evitado enfrentarse a aquella emoción desagradable, pero le asaltó entonces de repente y no le gustó nada.
_____ había formado parte de su mundo desde que tenía memoria. Y también el resto de su familia, dándole los hermanos y hermanas que no había tenido. Pero _____ había sido siempre a la que había estado más unido y con la que había compartido todo.
Se moriría antes de decirle lo mucho que la echaría de menos. En primer lugar, ellos nunca se habían puesto sentimentales con su relación y no quería estropear aquel excitante capítulo que se abría ante su vida. Estaba celoso a muerte y le costaría adaptarse a estar solo, pero eso no quería decir que no se alegrara de su oportunidad.

Tom: Me alegro de que hayas conseguido ese trabajo.
Tu: Yo también. Pero te he pedido que vinieras porque tengo un problema y... creo que podrías ayudarme.
Tom: Claro. Lo que sea.
Tu: Nueva York es un mundo diferente y no me siento exactamente... preparada para él.

Parecía que le estaba costando encontrar las palabras adecuadas.

Tom: Claro que estás preparada. Has trabajado para esto toda tu vida. Siempre he sabido que saldrías de aquí y harías algo especial .-se dio la vuelta hacia ella-. Es tu última meta, _____. Puede que te ponga nerviosa, pero lo harás de maravilla.
Tu: Gracias.

Sonrió, pero parecía muy preocupada y nerviosa.
Tom esperaba que no fuera a romper su código de no ponerse sentimental.
Ella se aclaró la garganta y se dio la vuelta para mirar hacia el río concentrada como si fuera la primera vez que lo veía. Dios, esperaba que no se pusiera a llorar. Ella no era ninguna llorona, cosa que él había agradecido siempre. Sólo la había visto llorar por la muerte de su pony y cuando aquel estúpido de Bobby Hitchcock le había dado plantón en su baile de graduación. Por suerte, él no había tenido ninguna cita y había podido acompañarla.



HOLA!!! BUENO, AQUI ESTAN LOS DOS CAPS ... EN ESTA LES ESTARE AGREGANDO DE DOS EN DOS PARA MANTENERLAS PICADITAS :D ... O BUENO, CON LA DUDA xD .. JAJAJA ME GUSTO MUCHO VER LOS 4 COMENTARIOS, OJALA Y ASI SIGA VIENDOLOS, NETA QUE ME ALEGRA MUCHO VERLOS, ESO ME DEMUESTRA QUE TENGO TINO PARA ESCOGER LA NOVES QE LES ADAPTO Y AGREGO :D ... YA SABEN, SI VEO MAS DE 2 COMENTARIOS LES AGREGO SI NO ... NO!! ADIOS Y QE ESTEN BIEN :))

3 comentarios:

  1. Me encanto el cap, se nota q son muy buenos amigos de verdad q me alegro mucho y me sorprende q en esta fic Tom no sea un mujeriego jajaja es totalmente diferente y eso me gusta mas.. sube mañana please quiero saber q pasara en el proximo cap!!!

    ResponderBorrar
  2. Ay no pobre (tn) pedirle ese favor a tu no sera nada facil!!

    Si Virgi tu sirmpre me has tenido picadira con tus fics :)

    ResponderBorrar
  3. auuuu eso se esta complicando D: pero de alguna forma deben forjarce los sentimientos xD

    espero sigas pronto virgi...
    bueno me retiro
    cuídate mucho
    Bye ^-^/

    ResponderBorrar