lunes, 21 de julio de 2014

Capitulos 39 40 41 y 42

CAP 39.-
_____ intentó aparentar una calma total reclinada contra los cojines esperando a que Tom se desnudara, pero por dentro estaba ardiente de anticipación. Él no tenía ni idea del cuerpo tan precioso que tenía.
Llevaba una camisa de manga larga vaquera incluso aunque era verano. La mayoría de los vaqueros usaban camisas de manga larga para no arañarse con las ramas. Si hacía demasiado calor, se enrollaban las mangas, pero esa noche Tom llevaba los puños abrochados.
Lentamente, se los desabrochó ejecutando los movimientos habituales con tentador cuidado. A _____ se le aceleró el corazón. Realmente iba a hacer aquello por ella.
Dio un sorbo a su vino cuando tiró del primer corchete de la camisa sin apartar la mirada de ella para seguir uno a uno hacia abajo. Cada chasquido de un corchete era como la llama de un fósforo. _____ ansiaba que llegara el siguiente, ver cada sección nueva de piel a la vista.
Tom se sacó la camisa con languidez de los pantalones y la dejó colgando abierta. _____ esperó a que se la quitara, pero como para torturada, se acercó despacio a una silla y se sentó. Se quitó una de las botas lentamente y después la otra, seguida de los calcetines.

«Se está desnudando porque va a hacerme el amor». La idea la envolvió como una caricia humedeciéndola de necesidad.

Él se levantó y se acercó a ella entonces.

Tom: He pensado que este juego se puede jugar entre dos.
Tu: ¿De verdad? -susurró ella con voz sensual.
Tom: Hiciste un buen trabajo por teléfono. Si te desabrochas ahora el sujetador para mí, podré verte.

_____ se estremeció. La oscuridad la había protegido durante su primer encuentro y la distancia y el teléfono en el segundo. Deseaba ser descarada y atrevida esa vez, experimentar las maravillas que sólo había leído. Y Tom le estaba pidiendo que lo hiciera.
Siguiendo sus pasos, apuró el resto del vino y posó la copa al lado de la de él.

Tom: Y hazlo despacio -murmuró él.

Con el corazón desbocado, se recostó contra las almohadas y extendió los dedos sobre el cierre de las dos copas de satén. Entonces esperó hasta que él se quitó la camisa y pudo admirar por fin su escultural torso.
Estaba magnífico. No le extrañaba que le hubiera gustado tanto pelear con él de adolescentes. Pero ahora deseaba más.
Tom se levantó con las manos en las caderas y enarcó las cejas indicando que le tocaba a ella.
____ presionó el cierre y cuando cedió, lo sujetó mientras se deslizaba un tirante por el hombro. Después le siguió el otro con la misma lentitud. Lenta, muy lentamente, dejó que la prenda se abriera dejando sólo la perla y las margaritas. La cadena de flores se quedó enganchada en un pezón haciendo que se endureciera. El instinto le hizo frotarse el otro con las margaritas para erizarlo también.
La mirada de Tom se ensombreció y contuvo el aliento.
_____ se detuvo y dirigió la mirada a la hebilla de su cinturón.
Sin apartar la vista de sus senos, Tom abrió la hebilla y sacó despacio el cinturón de las trabillas.

Tom: Ahora, tócatelos -susurró.

El corazón se le aceleró un poco más. Deslizando las manos por la caja torácica, _____ sujetó el peso de sus senos y los alzó como ofreciéndoselos. Entonces deslizó los pulgares hacia los pezones y empezó a acariciarse.

Tom: ¡Oh, _____!

A Tom le temblaron las manos cuando se desabrochó los vaqueros.
El efecto de sus pulgares deslizándose por sus pezones mientras él la miraba fue increíble. La sensación descendió hasta el vértice de sus piernas, donde la palpitación exigía satisfacción. Ahora que _____ sabía lo que significaba la plenitud, la deseaba de nuevo.
Tom se quitó los pantalones y los calzoncillos de una sola vez sin medir ya sus movimientos.
La imagen de su cuerpo excitado le hizo lanzar un gemido a _____. Su deseo tenía una forma ahora y sentía una vaciedad por dentro que él podría llenar. Más que alivio necesitaba que la llenara.
Tom se acercó al borde de la cama.

Tom: Dijiste que ibas a darme de comer.
Tu: Sí -tenía la respiración agitada-. Lo que tú quieras.
Tom: Me gusta oír eso -dijo con voz ronca apoyando la rodilla en la sábana de satén-. Ya veo lo que quiero.

Con delicadeza, le quitó la mano de un seno y la remplazó por la suya.
Ante la caricia recordada, el corazón se le desbordó por completo.

CAP 40.-
Tu: ¿Hay algo que... pueda hacer?
Tom: Arquea la espalda.

Ella lo hizo alzando los senos.
Tom utilizó los dientes para apartar la margaritas. Cuando se metió un pezón en la boca, ella lanzó un gemido al comprender que estaba a punto del clímax. No le hacía falta mucho más. Parecía que esa vez, la fantasía que habían creado en aquella habitación la había convertido en una mujer salvaje. Esperaba que Tom estuviera preparado para aquello.
Durante tres días, Tom había estado soñando con el cuerpo de _____. Saborear y acariciar sus senos, besar y chupar hasta saciarse, era un paraíso. Cuando la respiración de ella empezó a acelerarse, aligeró la caricia para no llevarla al límite demasiado pronto. Y además, sabía dónde quería estar cuando ella llegara al clímax.

Tom: Eres tan preciosa -murmuró.
Tu: Tú también.

_____ deslizó los dedos por su torso, frotándole los pezones hasta que se le pusieron tan duros como el resto del cuerpo. Entonces, bajó la mano.

Tom: Todavía no.

Tom se apartó sabiendo que no podría tolerar sus manos sobre él hasta recuperar un poco el control. Jugueteó con la cadena de margaritas sobre sus senos, teñida de rosa por las luces rojas. El polen se derramó sobre sus senos y él lo lamió. Entonces tomó la perla entre sus dientes; sin dejar de acariciarle los senos, se metió la perla en la boca y jugueteó con ella en la lengua de forma sugerente, la alzó en la boca y la depositó, húmeda y brillante en el valle entre sus senos.

Tom: ¿Sabes lo que quiero ahora? -susurró contra su piel.
Tu: Creo... que sí.
Tom: ¿Estás preparada, para eso?

La respiración se le agitó más a _____.

Tu: Si lo estás tú...
Tom: Quiero devorarte. Entera.
Tu: Pero... puede que me vuelva loca.
Tom: Eso es lo que pretendo.

Con el corazón desbocado, Tom empezó su viaje besándole la suave piel hasta llegar a su ombligo. El aroma a colonia se mezcló con el embriagador aroma de su excitación y el de las flores aplastadas cuando enterró la lengua en la suave depresión. _____ gimió y se retorció bajo él.
Tom descendió más abajo. La seda de sus medias y los tacones altos lo excitaron más de lo que hubiera admitido y decidió no quitarle todavía nada. El trozo mojado de tela que cubría el objeto de su deseo fue apartado con facilidad. ¡Estaba tan bonita! Y tan saturada de deseo.
La tocó con suavidad con un dedo y ella gimió. Mantuvo la caricia sutil mientras le daba besos como plumas en la parte interior del muslo y deslizaba la lengua por el encaje de su media. El deseo lo asaltó mientras le dedicaba la misma atención al otro muslo, subiendo aún más, acercándose más a su objetivo.
Por fin, la besó en los rizos oscuros y ella gimió. Cuando por fin deslizó la lengua por la delicada perla allí albergada que esperaba por él _____ gritó y se retorció. De repente impaciente por la fina tira de encaje que le negaba el acceso total, la agarró con los dedos y la arrancó con los dientes. Por fin.
Deslizando los hombros entre sus muslos vestidos de seda, buscó su recompensa. El sabor de ella le hizo gemir de delicia. Mientras sus femeninos gritos de placer llenaban la habitación, Tom se sumergió en la sensualidad de sus medias, sus sandalias, las sábanas de satén, la música erótica y, sobre todo, en la apasionada mujer que se estaba abriendo entre sus brazos.
El clímax le llegó con rapidez, demasiado rápido para él. _____ alzó las caderas y él tomó todo lo que le ofreció hasta que ella se desplomó, temblando y gimiendo, y él se preparó para hacer una exploración más paciente. Ella intentó apartarse de sus manos, pero estaba débil del alivio. Tom la sujeto con facilidad y siguió el camino elegido. Al cabo de poco tiempo su ligera resistencia se desvaneció con un gesto de deseo que casi lo llevó al límite.

CAP 41.-
Y él estudió su cuerpo, aprendió la caricia que la hacía gemir, el lametón que la llevaba más lejos, el frotamiento que la volvía loca. Mientras la llevaba al precipicio por segunda vez, sintió una fiera oleada de posesión. Los pensamientos racionales se borraron cuando consiguió extraer de ella aquellos íntimos jadeos mientras se iba oleada a oleada en explosivas convulsiones.
Tom la devolvió con suavidad a la tierra entre tiernos besos sobre los muslos y los rizos mojados antes de incorporarse a su altura y apartarle el pelo de la cara.
_____ lo miró con los ojos negros nublados de asombro. Tenía los labios entreabiertos, pero no emitía ningún sonido.
Tom sonrió. Estaba igual que él la noche de la furgoneta y le gratificó haber creado aquella expresión en su cara. Deslizó un dedo por la curva de su cuello y su caja torácica hasta encontrar la perla. La alzó, se la llevó a los labios y la besó antes de depositarla de nuevo entre sus senos.
La mirada de _____ se nubló mientras se pasaba la lengua por los labios. Tom se alegró de ver retornar el deseo a aquellas profundidades negras, porque él estaba muy lejos de haber acabado, y le encantaba saber que el colgante de perla se había convertido en un símbolo de la intimidad que acababan de compartir. Si fuera por él, se lo pondría siempre y, cada vez que se moviera sobre su piel, recordaría las sensaciones que él le había producido con su lengua.

Tom: ¿Cómo te sientes? -preguntó.
Tu: Como una concubina. ¿Cómo te sientes tú?
Tom: Como el hombre más afortunado de la tierra.

Ella suspiró.

Tu: Esto ha sido mucho mejor que como lo describían los libros.

Él le frotó el labio inferior con el dedo.

Tom: Pero sigues siendo virgen.

La sonrisa de ella fue pura seducción.

Tu: Tómate la libertad de encargarte de eso cuando gustes, vaquero. Por si no te has dado cuenta, soy una muñeca en tus manos.

La erección de él palpitó. _____ hacía parecer que el siguiente paso fuera lo más natural del mundo y él intentó mantener el mismo tono de voz.

Tom: ¿Qué te parece ahora?
Tu: Ahora estaría bien -susurró ella con voz perezosa deslizando un dedo por su erección-. A menos que prefieras que yo...
Tom: Esta vez no.

Maldición, estaba más tenso que una ternera en un lazo y sólo conocía una forma de relajarse. Pero no quería que ella captara su agitación y se pusiera nerviosa. Todo lo que había hecho hasta el momento había sido para relajarla. Bueno, no era del todo cierto. Ella estaba tan lasciva, que no había podido evitarlo.

Tu: ¿Quieres que ponga la música?

Había estado tan absorto en ella, que no se había dado cuenta de que la música había terminado.

Tom: Déjalo. Creo que en este momento deberíamos escucharnos el uno al otro, lo que digamos, como respiremos y los gritos que lancemos...

A ella se le nublaron los ojos de pasión.

Tu: De acuerdo.

Tom se apartó para alcanzar un preservativo de la mesilla.

Tu: Puedo ponértelo yo. He practicado.
Logan: ¿Practicado? -preguntó él con un ataque de celos-. ¿Con quién?
Tu: Con el señor Pepino.

Tom empezó a reírse.

Tom: Sólo lo harías tú, _____.
Tu: ¿Te parece divertido?
Tom: Claro que me parece divertido -le dio un beso e intentó quitarle el envoltorio, pero ella lo mantuvo fuera de su alcance-. Dámelo.

Se rió. No podía dejar de imaginarla en la cocina extendiendo un condón sobre un pepino una y otra vez hasta hacerlo bien.

Tu: ¡Quiero enseñarte lo buena que soy! -protestó ella rasgando el paquete.
Tom: No. Vamos, _____. Estoy demasiado excitado. Si empiezas a vacilar, puede que explote.
Tu: No vacilaré.
Tom: Lo harás.

CAP 42.-
Forcejeó con ella tocándola y besándola donde podía mientras intentaba quitarle el envoltorio.

Tu: Lo hago muy bien, Tom. Déjame hacerlo.

El forcejeo le puso más al límite.

Tom: Si no paras de luchar y no me devuelves ese preservativo, voy a atarte a los postes de la cama -advirtió con una sonrisa.
Tu: No me importaría -tenía la respiración tan jadeante como la de él-. Los libros dicen que es excitante. ¿Lo has probado alguna vez?
Tom: No -bajó la vista hacia ella con el pulso acelerado al imaginarla con las piernas abiertas atada sobre las sábanas de satén. Apenas podía respirar-. Hablaba en broma.
Tu: Pues yo no. Y me parecería el momento perfecto para usar esos guantes.

Tom la miró a los ojos y vio el fuego en ellos.

Tom: ¿Me dejarías hacerlo?
Tu: Te dejaría hacerlo porque confío en ti, Tom. Y sé que tú me dejarías hacer lo mismo. Sería excitante.
Tom: ¡Oh, _____!

Tom estaba temblando como un potro recién nacido al imaginarse a _____ atándolo y... experimentando con él todo lo que había leído en los libros.

Tu: Échate. Déjame ponerte el preservativo.(perro o que onda xD)

Tom: De acuerdo -lo estaba volviendo loco de deseo de rendirse ante ella para que lo introdujera en una sensualidad nueva y fascinante. Se recostó contra las almohadas-. Pero no juguetees.
Tu: No te preocupes. Entiendo tu problema.
Tom: ¡Yo no tengo ningún problema! Cualquier tipo en mi situación tendría que hacer un esfuerzo por mantenerse entero.
Tu: Entonces, ¿te lo has pasado bien hasta ahora?
Tom: No tienes que preguntármelo. Yo... -casi se atragantó cuando _____ se inclinó y le lamió la punta del pene-. ¡_____!

Ella alzó la cabeza y le sonrió.

Tu: Lubricación -entonces enrolló el preservativo con experiencia en menos tiempo del que lo hubiera podido hacer el mismo-. Ya está.

A pesar de su velocidad, el contacto le hizo lanzar un gemido.

Tu: ¿No lo he hecho muy bien?
Tom: Desde luego.
Tu: ¿Quieres que me ponga yo encima? He visto fotografías de como...
Tom: No -la agarró y la volvió echándola contra el colchón. Entonces alcanzó los ligeros y los desabrochó-. Y es hora de deshacerse de esto.

Ella lo miró con la respiración jadeante y entreabrió los labios de anticipación.

Tu: Lo que tú quieras.
Tom: A veces un hombre tiene que ponerse al mando.

Tom deslizó cada una de las medias por sus muslos y se las quitó. Entonces, le tocó el turno al liguero y a lo que quedaba de las braguitas.
_____ se sonrojó allí desnuda bajo su mirada.

Tu: ¿Ahora lo apruebas? ¿Estoy lista?

Él estaba tan desbordado por la imagen de ella sólo con la cadena de margaritas y la perla que apenas podía hablar.

Tom: Eres perfecta -dijo con voz tensa-. Y debería dejarte que te pusieras encima y dirigieras el ritmo ya que no lo has hecho nunca antes, pero... no me apetece hacerlo.

Su pregunta fue seductora.

Tu: ¿Por qué no?
Tom: Porque me sentiría... secundario.
Tu: ¿Cómo si te utilizara?




HOLA!!!! BUENO ... JAJJAJ SOY UNA PERVERSA ... TODAVIA NO TIENEN SUS QUEVERES, ESTAN EN EL PROCESO :D ... JAJJAJA NO ME MATEN, ASI VA LA HISTORIA :)) BUENO ... UNA DISCULPA POR NO HABERLES AGREGADO EN ESTA NOVE PERO ... ME DABA FLOJERAAAA!!! MMATENME ... BUENO SIN MAS QUE DECIR ME DESPIDO, SI VEO MAS DE 2 COMENTARIOS LES AGREGO SINO NO ... BUENO ... ADIOS :))

3 comentarios:

  1. Claro que te matoo Virgii!! Como uno aqui muriendo por querer leer y saber que va a pasar.. Tan emocionadas nisitraa y a la señirita le daba flojera subir!!
    >.<

    Ay estan en las previas.. Siguelaaaa..

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  2. :O Claro q te mataría virgi, estaba esperando tanto estos caps me moría x leerlos virgii si eres mala jum, jejeje me encantooo pero aun no llega ese momento tan ardiente entre ellos me muero x leerlo, subeeeeeeeeeeee los próximos caps hoy mismo virgii please y q no te de flojera no me dejes esperando, igual en la de extasisdetom jum no me dejes esperandoooo!!! me fascino..

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  3. .-. esto-no-puede-estar-pasando Dx por que termina ahí, justo en ese momento eres cruel u_u pero ya casi, ya casi x3...

    espero sigas pronto que ahora si me muero, se uso intenso xP

    bueno me retiro
    cuídate
    bye ^-^/

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